domingo, 19 de septiembre de 2010

Insectos en ámbar: atrapados en el tiempo

                 Este verano volvemos al Museo Elder, situado en el barrio capitalino de Santa Catalina, en la antigua consignataria de buques. Rodeado de parques en donde prácticamente hay actos y eventos todo el año: carnavales, womad, festival de arte y danza... Cerca de la playa de Las Canteras y enfrente del Puerto de la Luz es el referente de la ciencia en el corazón turístico de Las Palmas de Gran Canaria cuyo principal eslogan es: prohibido no tocar.




Lateral y trasera del Museo.



El Museo nos recibe con la hipnótica máquina de Betancourt.


Podemos ver el funcionamiento de las bolas haciendo los distintos recorridos y  sonidos que producen  las "trampas" musicales a su paso en la webcam Museo Elder de la Ciencia y la Tecnología



Desde conocer un plató de TV a ver nacer un polluelo en vivo...


...subirse a un reactor o comprender el funcionamiento de la torre de control...



...de la evolución de las especies a la carrera espacial...



...pero sobre todo el placer de tocar la ciencia a través de los innumerables experimentos al alcance de todas las edades.


En esta visita tenemos dos actividades extras programadas: Iremos al cine a ver dos yacimientos de dinosaurios uno en EEUU y otro en Mongolia, y recrearan lo sucedido con un impresionante viaje al pasado para explicarnos las circunstancias de su muerte.



La segunda no es otra que la exposición itinerante de IGME (Instituto Geológico y Minero de España).
Insectos en ámbar: atrapados en el tiempo.


Nos recibe Gea, quien nos explica como quedaron estos insectos atrapados en la resina de los árboles, su evolución a ámbar y la importancia de los insectos guardados en su interior.



Vista general de la exposición.



La cartelería sencilla, bien estructurada y de fácil lectura.



Expositor con diversas muestras.



Otra muestra...



Muestras con fotos ampliadas de los insectos que contienen.



Un espacio fabuloso de entretenimiento y sabiduría, un trato exquisito de los empleados  , pero excesivamente caro cuando se va en familia, no  cuenta con descuentos a residentes o a familias numerosas; y no solo se paga por la entrada, sino también por acceder al planetario, al cine o al robot lo que impide que las visitas sean menores  de lo deseado.  Alguno de los experimentos necesitan un mejor mantenimiento pero no empañan la esencia del museo.

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